miércoles, 16 de enero de 2013

OPERACIÓN AIRBAG

Desde que era bien chiquita oía yo en mi casa decir aquello de: "Para presumir hay que sufrir". Yo, inocente de mí, creía que este dicho bien hacía referencia a la odiosa depilación con cera.
¿Qué pasa? Que luego llegó el láser y bueno, sufrir se sufre... un poquito. Sobre todo si hablamos de ingles brasileñas...
Pero yo no os voy a hablar hoy de pelos ni de métodos de depilación.
No, qué va...
Os voy a introducir en un mundo algo más "apasionate y glamuroso" porque... Estimados lectores de Lady Maña...
¡¡Me he comprado los airbags más caros del mundo!! (y los signos de exclamación son precisamente para enfatizar el sufrimiento...)
Eso sí, la carrocería es la que había. Ni la he cambiado ni la voy a cambiar... salvo la edad que no perdona y la muy puñetera ya hace sus estragos.
Volviendo al tema central que nos ocupa. Siempre he estado a favor de la cirugía estética, ¿por qué no se puede operar uno si ha de encontrarse mejor? Lo importante es quererse a uno mismo y si para ello, se recurre al bisturí... Bueno, no hay nada malo.
Siempre y cuando esto no se convierta en una obsesión.

Yo decidí operarme el pecho y no por seguir una moda sino porque me hacía falta. Y punto.
Antes había gente que me decía: uy, dicen que esto es como los tatuajes. Una vez empiezas, continúas.
A ver. Vamos a matizar. Llevo un tatuaje. Uno. ¿Me haré más? Pues igual, pero ahora no.
Cirugía estética: llevo una. ¿Me haré más? Pues casi me puedo aventurar a decir que... definitivamente, no.
Y eso que el resultado es espectacular. Estoy contenta pero:

1. Es caro de narices.
2. Casi me muero... ¡Pero literal! y no me considero una tía quejica. He aguantado cosas dolorosas como una jabata pero, uf!

Como no quiero que esto sea un blog médico ni que explique los pros y los cons de la operación y su post-operatorio, solo os diré que estos días me he sentido como si tuviera un elefante sentado en el pecho con una caja de cerillas encendidas en el culo.
Y perdón por la expresión. Pero es lo que hay.

Ayer le decía a mi madre. Me siento como Scarlatta O'Hara en "lo que el viento se llevó", oprimida con la banda que me cruza los pechos.
Respiro mal y me cuesta hablar.
Así que no voy a coger un puñado de tierra y decir aquello de "juro no volver a pasar hambre" (para eso tengo a mi madre que me ceba).
Si no que, ahora sí me atrevería a decir: "juro no volver a pasar por esto salvo extrema necesidad". Amén.

Me podéis preguntar: ¿sigues siendo partidaria de la cirugía estética? Mi respuesta es rotunda: Sí. Todo lo que ayude a sentirse bien con uno mismo es digno de ser realizado.

Siguiente pregunta: ¿Volverías a hacértelo tú?

Respuesta 1: Pasapalabra.
Respuesta 2: Preguntadme mejor en veranito. Ya se me habrá olvidado ;)

Ciao gente bella!!!


Seguidme en Twitter: @ladymanya7