martes, 10 de julio de 2012

FENÓMENOS PARANORMALES (EN EL TREN)

Hace mucho, mucho tiempo...(y no, no os voy a contar un cuento) que no me indignaba, enfadaba, crispaba y un largo etcétera...así.
Y es que hoy, tras un día largo pero largo, largo... me ha pasado algo en el tren de vuelta a casa que parecía sacado de una mezcla entre película de terror, surrealismo y western (y digo western porque estaba el malo, el bueno y la damisela en apuros, que por cierto, no era yo...).

Yo suelo ser bastante despistada, además, viajo con la música a todo volumen; en fin, que no suelo fijarme mucho en la gente de alrededor (vamos, ya se puede sentar Brad Pitt a mi lado que ni me inmuto).
Pero hoy sí... Afortunadamente (y digo bien) me he dado cuenta de lo que ocurría a mi alrededor.

Me levanto del asiento ya que quedaba bastante poco para mi parada... y de repente, unos asientos por delante, veo cómo un hombre de más de 50 años, coge la cabeza de su compañera y se la empuja contra la pared del tren, golpeándola con bastante violencia.
Y digo bastante porque a pesar de llevar yo el ipod a toda castaña resonando en mis oídos, he escuchado perfectamente el crack de la cabeza de esta pobre señora al chocar.
Bueno...No se me ha caído el ipod de milagro... Sin pensarlo dos veces, he salido disparada hacia donde estaban.
Afortunadamente para mí, un chico ha tenido la misma idea... y le hemos "preguntado" al "señor" que qué diablos hacía...
Por supuesto, nos ha "escupido" una serie de improperios, a mí en concreto, me ha llamado "puta" entre otros. A lo que, yo claro, no he dejado de responder con la misma "educación"...
Mi "compañero defensor" le ha dicho que si no le daba vergüenza, pegar a una mujer.
Pues no... No le debía de dar vergüenza, más bien al contrario... Se mostraba arrogante y despectivo.
Y es más, se ha metido también con el chico.
El chico en cuestión, que era casi 20 años más joven, ha invitado al agresor a bajar del tren... A ver si tenía "huevos" de repetir lo que le había hecho a la chica con él.
Yo, en ese momento, me he aferrado al bolso... y no por miedo a perderlo en mitad del follón... No... Es que siempre lo llevo hasta arriba de bártulos, me pesa algún que otro kilito, así que por fin he visto utilidad al bolso en cuestión: perfecto como arma arrojadiza.
Llegado el caso, un golpe certero en la cabeza y tiene que dejar al agresor medio K.O. (todo en caso necesario... ya que yo soy más de hacer el amor que la guerra pero...)

Lo peor de todo... queridos lectores, es que mientras la cosa se ponía fea (y yo sinceramente me veía ya con un ojo morado), el resto de pasajeros se volvieron TODOS de repente ciegos y sordos...
Vaya, una cosa IMPRESIONANTE...
Por primera vez en mi vida, puedo decir a ciencia cierta que he vivido un fenómeno PARANORMAL en el tren.
Vamos, que si este chico y yo no llegamos a estar ahí, el sinvergüenza le hace algo peor a la mujer y la gente mirando por la ventanilla, contemplando el paisaje, porque claro, es más cómodo hacerse los sordos y ciegos que ayudar a los demás.

No sé qué me ha irritado más... Si el salvajismo de este machista gilipollas o el pasotismo de la gente.
Lo peor es que no hemos podido hacer mucho más porque claro, el agresor se ha visto intimidado por un chico bastante más joven que él y por mí (que algo habré tenido que ver... bueno, yo o mi bolso.) Y ni se ha bajado del tren ni tan siquiera se ha atrevido a levantarse de la silla... Semejante cobarde.

Nada más bajar en nuestra estación, hemos ido rápidamente a denunciarlo a la chica que trabaja allí, que ha llamado rápidamente a los de seguridad para que lo detuvieran en la siguiente estación. Afortunadamente, era final de línea también.
Le hemos dado la descripción del susodicho y la de la chica. ¿Lo habrán cogido? Ni idea. Sinceramente y a mi pesar, no lo creo.
Además, seguro que la víctima (que se la veía algo mareada -drogas?) no hablará. Suele pasar en estos casos.
Solo espero que el resto de pasajeros, los que finalizaban el trayecto y que no habían dicho ni mu, se dignen a testificar en contra de él en caso de ser preguntados por los guardias.
Sinceramente, lo dudo.

Y yo, tras esto, he pasado por fases: mucha alteración, nerviosismo, enfado, indignación y ahora... ¿qué me queda?
Muchísima tristeza y preocupación.
Solo espero no encender mañana la televisión y escuchar la terrible noticia de que hay una nueva víctima por violencia de género.
Sé que no puedo "salvar" el mundo pero por favor, si desde aquí logro remover alguna conciencia...
Me daré ya con un canto en los dientes.

Por favor, no miréis a otro lado cuando pasen estas cosas. Entre todos, podemos evitarlas.
O al menos, eso quiero creer yo.


Ciao gente guapa!