domingo, 21 de abril de 2013

EL AMOR ES UNA MIERDA


Queridos lectores de Lady Maña:

Esto es así. El amor es una mierda. Sí. Siento anunciarlo así tan de sopetón, pero es lo que tiene.
Tras 14 años de relación con una persona, matrimonio y divorcio incluido, y tras una especie de llegada sin parar de especímenes a mi vida (a cual peor), pues he llegado a la conclusión de que el amor es una utopía o al menos, está hecho para unos pocos.
Están los que reciben sin dar nada a cambio y los que dan sin recibir nada (y está claro que yo estoy dentro de este grupo, que espero sea minoritario, con cuatro gilipollas en el mundo, vamos ya sobrados. Y sí, me llamo gilipollas. En esto del amor, soy un poco así).

Quizás el problema resida en mí, no quiero hacer un ejercicio de psicología barata. Yo sé cómo soy y
lo que no quiero en mi vida.
¿Lo que quiero?
No sabría decirlo. Quizás busque que me sorprendan. Positivamente. No busco más. No necesito un tío rico ni guapo. Quiero a alguien normal. Pero escasean. Me resulta más fácil encontrar a un guapo, o ricachón que a un tío normal. Aunque resulte curioso.
En este año tras mi divorcio, me han dado tantas tortas que esa frase de la Biblia en la que se dice algo
así como si te dan una hostia, pon la otra mejilla, pues a mí como que no me convence. Vamos, masoca: no, gracias.
He llegado a la conclusión de que me topo siempre con lobos disfrazados con piel de cordero y ya he llegado a pensar que tengo una especie de imán. No puede ser que todos me acudan a mí como moscas a la miel.

Para mi suerte o desgracia, soy una tía que llama la atención. Odio decir esto porque suena bastante presuntuoso y la verdad es que quienes me conocen saben que no me lo tengo nada subido, pero imagino que el metro ochenta que me dio la madre naturaleza, entre otras cosas, operación de pecho incluida, hace que llame la atención del género masculino. Y de toda condición: desde estudiantes jovencitos (lo cual me sorprende bastante pues soy treintañera) a ricos empresarios, montados en el dólar.
Y no. Yo quiero a alguien normal. Joder. No es tan difícil.
O eso parece pero sí que lo es.Y empiezo a creer que cuando yo nací me vinieron a visitar las tres hadas madrinas (como a la Bella Durmiente) y me dieron dones también.
Esta niña va a tener de todo en esta vida: va a tener un físico decente, buen curro, simpatía pero para que no se aburra en su vida cotidiana: que siempre se tope con ranas. Y qué capullas. Ya se podrían haber metido los dones debajo de los faldones. O habérselos dado a otra.

Ya me avisaron a mí de que el mercado estaba mal. Pues no, siento deciros que no está mal. Está lo siguiente.
Y he llegado a la conclusión de que yo quizás ya cierre el chiringuito por una temporada. Estoy harta de que me tomen el pelo porque siempre he creído en la bondad innata de la condición humana y así me ha ido.
Soy pasional y me entrego hasta límites insospechados. Y a cambio, no suelo recibir nada a cambio.
Hace mucho, la primera y única vez que me rompieron el corazón tras mi fracaso matrimonial, porque sí, me lo rompieron, decidí crearme corazas. No una sino muchas.
Una encima de otra.
Y la verdad es que no las suelto. Soy una princesa con corazón de hielo, encerrada en lo alto de su torre de marfil.
Yo cuando amo, lo proclamo a los cuatro vientos sin miedos. Y me da igual todo lo demás.Y me gusta que quien esté conmigo, haga lo propio.
Pero parece que eso hoy en día ya no se estila. Debo pertenecer a la última generación de románticos.
No busco encontrar a un Wordsworth pero no estaría mal un "te quiero" de vez en cuando. Porque eso sí lo echo de menos. Un te quiero sincero.
Ahora se lleva el "bueno, sí, me gustas pero..." Siempre hay PEROS. Y estoy de los "peros" hasta los cojones que la madre naturaleza NO me dio (aunque a veces, siento que tengo más que muchos hombres).
Quizás llegue ese alguien especial pronto. O quizás haya llegado ya. No lo sé. Sigo con mis miedos, mis corazas y apunto de saltar a la mínima.
Y tengo claro que corro el riesgo de petrificar mi corazón y dejarlo así para siempre.
Aunque algo sé y es que estoy harta de ser yo la que siempre tire del carro.
Lady: la que siempre está ahí, la que rescata a la gente, la que cuida de los demás, la que siempre está dispuesta a escuchar.

Creo que ya va siendo de que las cosas cambien y que el viento gire a mi favor.
Joder, ¡¡que me mimen... que no cuesta tanto!!

No sé si me lo merezco pero he iniciado un nuevo viaje y veré donde me lleva.

Ciao gente bella!

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jueves, 28 de marzo de 2013

Y ENTONCES LLEGÓ BADOO...


Queridos lectores de Lady Maña:

Reconozco que os tengo algo abandonados, pero es que últimamente mi vida es de todo, menos aburrida.
Y es que desde que las redes sociales entraron en mi mundo, pues oye, el tiempo me cunde mucho menos. Viajo todo el día acompañada del dichoso móvil. Es peor que un novio plasta.
Que quiero ir al baño, ahí está el tío, pitándome continuamente y llenándome la pantalla de avisos, que si un correo de gmail, que si una notificación en Twitter, que si alguien me ha hecho un comentario en Facebook, y por supuesto, los tropocientos mil mensajes que llegan a través de WhatsApp y de Line.

Y yo, como tiendo a ser educadita y respondona (en cualquiera de los sentidos), pues no puedo evitar contestar, contestar y contestar.
Hasta que llega un punto en que dejo de lado cualquier otra afición. Ahora no es que vea series. Ahora, las tengo de banda sonora.
Me acompañan mientras escribo con el puñetero móvil y solo de vez en cuando, levanto la vista para ver si ha pasado algo interesante.
Así que, señores productores de series de televisión: introduzcan una banda sonora de estas que te dejan medio muerto al segundo toque de tambor. Porque si no, gente como yo ni nos inmutamos. Así que... Momento de máxima tensión, redoble de tambores.
Es que...¡me pierdo todo lo interesante!
Pero yo no iba a hablar de móviles ni de redes sociales en general. No. Yo voy a hablar de una en concreto.
Una, en la que para ser más concisa, sólo aguanté una semana y media. Poco más.
Y esta es nada más y nada menos que Badoo.
Sí, ya lo sé. Es una red social para ligar. Bueno, matizo. Para follar. Pero de eso, me enteré después.
La culpable fue una querida amiga mía que me dijo, joer lady, apúntante en esta historia que es muy divertida y conoces a mucha gente.
Pues nada, se sentó conmigo y ella misma me abrió la cuenta, me seleccionó las fotos y todo.
Solo voy a daros cifras. En una semana, mi perfil era de los más populares. Miles de visitas y cientos de mensajes.
Yo, que como antes he dicho, soy educada y "respondona", lo pasé francamente mal al verme atosigada por cientos de machos alfa con las hormonas alteradas. Entusiasmados ante la idea de ligar con una tía de metro ochenta y pechos operados. Olé.
A mí, en cambio, por poco me da un chungo.
Tal era el agobio que yo creo que hasta tenía pesadillas.
Pero aun con todo, saqué anécdotas graciosas. Dignas de mención para el blog.
El que, sin duda, más me llamó la atención fue un tal "calzonazos". Sí, con ese nombre, poco se puede esperar. Pero yo, que suelo tender a ser alma caritativa, pues me dio pena. Y dije, voy a ver qué se cuenta este pobre chiquillo. Y ya de paso, le alegro la tarde, aunque sea por chat.
Bueno, pues contar, poco se contaba el muchacho.
A mí sólo me dijo que quería quedar conmigo. No para conocerme, ni para echarse unas risas, ni para follar (ahí directamente, le hubiera mandado a tomar por culo).
No. Me dijo algo que me dejó a cuadros.
Quería llevarme por la milla de oro madrileña (de oro, dorada o como concho se llame) y comprarme todos los caprichos que se me antojaran. Bolsos, zapatos...
Y yo le dije:
- Vamos, yo te pido un bolsito Prada y me lo compras.
Y el tío me dijo que sí. Con una condición.
Claro, aquí yo pensé lo peor.
Pues no. Me equivoqué y fue aún más surrealista.
El tipo me dijo que quería que yo me descojonara de él en su cara. Vamos, que me riera de él. Así. Sin más.
Ni sexo ni gaitas. Que le humillara.
Yo me quedé ojiplática.
Directamente, le mandé al psicólogo. Mi frase fue algo así como: "no necesitas una mujer. Necesitas un psicólogo que te trate".
Ahí se fue mi primer intento de ligue cibernético. Al psicólogo.

Bien. Tengo otras muchas experiencias. Desde el bombero cachas con complejo de Christian Grey (50 sombras de Grey) que buscaba una Anastasia en toda regla.
Pero claro. Aquí me enfrentaba a un dilema. El tío era un bombón pero... ¿yo Anastasia?
Una cosa es que en el sexo, juegues a lo que te dé la gana pero en la vida real, ¿a todas horas?
Él me decía que yo era su puta preciosa sumisa. Yo le dije que preciosa, sí.
Puta y sumisa, su puta madre.
Y fin de la historia.

Luego claro, también tenía a los "Normales". Estos eran los que sin verme (solo por foto), me decían que se habían enamorado de mí.
Hasta las trancas. Amor a primera vista. Vamos, que debo tener unas fotos cojonudas.
Uno me llegó a decir que pasaría las veces que hiciera falta por delante de mí hasta que yo me enamorara perdidamente de él.
El susodicho era feo de narices. No es que todo se centre en el físico (afortunadamente) pero al principio... Pues algo hace...Y más para el "amor a primera vista" del que todos alardeaban. Yo soy miope pero es que ni con lentes de aumento.

Así que pensé, ¿qué concho se me ha perdido aquí?
Y huí como alma que lleva el diablo y me di de baja.
Creo que es la primera red social de la que me retiro. Por la puerta de atrás. Eso sí, con miles de madrileños "enamorados" que ahora se preguntarán... ¿dónde coño está la Lady?

Pues en Twitter: @ladymanya7 que ahí se liga pero es más llevadero :)

Que disfrutéis de la vida y os dejéis arrastrar por el amor.
Ah y aprovecho para lanzar un llamamiento: Si eres un tío normal, guapo, simpático, comprensivo, elegante, con pasta, formación, alto, divertido, simpático, pues me sigues. Y hablamos.

Vale. Lo pillo. Sigo soltera.





miércoles, 16 de enero de 2013

OPERACIÓN AIRBAG

Desde que era bien chiquita oía yo en mi casa decir aquello de: "Para presumir hay que sufrir". Yo, inocente de mí, creía que este dicho bien hacía referencia a la odiosa depilación con cera.
¿Qué pasa? Que luego llegó el láser y bueno, sufrir se sufre... un poquito. Sobre todo si hablamos de ingles brasileñas...
Pero yo no os voy a hablar hoy de pelos ni de métodos de depilación.
No, qué va...
Os voy a introducir en un mundo algo más "apasionate y glamuroso" porque... Estimados lectores de Lady Maña...
¡¡Me he comprado los airbags más caros del mundo!! (y los signos de exclamación son precisamente para enfatizar el sufrimiento...)
Eso sí, la carrocería es la que había. Ni la he cambiado ni la voy a cambiar... salvo la edad que no perdona y la muy puñetera ya hace sus estragos.
Volviendo al tema central que nos ocupa. Siempre he estado a favor de la cirugía estética, ¿por qué no se puede operar uno si ha de encontrarse mejor? Lo importante es quererse a uno mismo y si para ello, se recurre al bisturí... Bueno, no hay nada malo.
Siempre y cuando esto no se convierta en una obsesión.

Yo decidí operarme el pecho y no por seguir una moda sino porque me hacía falta. Y punto.
Antes había gente que me decía: uy, dicen que esto es como los tatuajes. Una vez empiezas, continúas.
A ver. Vamos a matizar. Llevo un tatuaje. Uno. ¿Me haré más? Pues igual, pero ahora no.
Cirugía estética: llevo una. ¿Me haré más? Pues casi me puedo aventurar a decir que... definitivamente, no.
Y eso que el resultado es espectacular. Estoy contenta pero:

1. Es caro de narices.
2. Casi me muero... ¡Pero literal! y no me considero una tía quejica. He aguantado cosas dolorosas como una jabata pero, uf!

Como no quiero que esto sea un blog médico ni que explique los pros y los cons de la operación y su post-operatorio, solo os diré que estos días me he sentido como si tuviera un elefante sentado en el pecho con una caja de cerillas encendidas en el culo.
Y perdón por la expresión. Pero es lo que hay.

Ayer le decía a mi madre. Me siento como Scarlatta O'Hara en "lo que el viento se llevó", oprimida con la banda que me cruza los pechos.
Respiro mal y me cuesta hablar.
Así que no voy a coger un puñado de tierra y decir aquello de "juro no volver a pasar hambre" (para eso tengo a mi madre que me ceba).
Si no que, ahora sí me atrevería a decir: "juro no volver a pasar por esto salvo extrema necesidad". Amén.

Me podéis preguntar: ¿sigues siendo partidaria de la cirugía estética? Mi respuesta es rotunda: Sí. Todo lo que ayude a sentirse bien con uno mismo es digno de ser realizado.

Siguiente pregunta: ¿Volverías a hacértelo tú?

Respuesta 1: Pasapalabra.
Respuesta 2: Preguntadme mejor en veranito. Ya se me habrá olvidado ;)

Ciao gente bella!!!


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viernes, 7 de diciembre de 2012

NO HAY SEXO SIN...¿AMNESIA?

Queridos lectores de Lady Maña:

Ya estoy de vuelta con mis andanzas, la verdad es que os he tenido algo abandonados pero mi vida últimamente ha sido de telenovela.
No obstante, y viendo ya que las aguas vuelven a su cauce, me he dicho... ¿y por qué no escribir de otro fenómeno paranormal?
Sí, como aquél que escribí en su día sobre lo que ocurría en los trenes. Pero esta vez, relacionado con algo que me intriga y sorprende a la vez.

Son numerosas las mujeres con las que he hablado, aparte de mi propia experiencia, claro, que tras tener una tarde/noche/día... lo que sea, de sexo con un hombre, se han encontrado con que al día siguiente... el famoso hombre, que días antes las colmaba de atenciones, pues...
Oye, ¡¡que sufre de amnesia!! Pero pobrecillo... Al final, va a resultar que el sexo tiene ese efecto secundario en algunos de ellos.

A ver, todos somos adultos (algunos más que otros), eso está claro. Y cuando es sexo, es sexo. Vivimos en una sociedad "supuestamente" avanzada y eso debería quedar claro, casi desde el principio.
Pero ¿y en casos donde ha habido una cierta "relación" previa de amistad al encuentro?
Pues sorprendentemente he descubierto que en la mayoría de las situaciones, el tío pierde el interés... "ya he catado el bombón". ¿Para qué repetir?
A otra cosa, mariposa.
Muy bien, muy bien... pero vamos a ver... qué nos cuesta un "buenos días","me encantó lo de ayer pero... no estoy preparado".
O simplemente, "mira, lo de ayer estuvo bien, pero prefiero dejar las cosas como están".
A ver, en la mayoría de las veces, eso se sobreentiende, pero no está de más escucharlo o leerlo (porque con esto de las nuevas tecnologías se escribe más que se habla).

Es que hay casos, los más curiosos, en los que hablar, te siguen hablando tras el encuentro. Pero como si lo que pasó fueran imaginaciones tuyas.
Me recuerda mucho a aquello de "el mensaje se autodestruirá en X segundos".
Caso de amnesia total. Ni sacan el tema ni parecen acordarse. Como si no hubiera existido tal encuentro (ah, ya lo entiendo, van a ser todos agentes secretos, a lo 007).

Y lo mejor  es que, si te descuidas, achacan tu extrañeza y tu "no entiendo nada" (porque claro, las mujeres tendemos a sacar el tema) a tus cambios hormonales. Benditas hormonas que les sirven de excusa a los hombres para todo. No sé qué harían sin ellas...

Y encima se atreven a decirte:
"Qué rara estás". "Qué extraño lo que me dices". "No entiendo qué te pasa".
¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?
Algunos hombres sufrirán de amnesia tras el sexo pero muchas mujeres deberían invocar al Santo Job (el de la paciencia) para que las colmara de ella y aguantaran estoicamente el temporal.

A ver... Llamamiento a los hombres del mundo:
Nosotras, mujeres del siglo XXI (algunas, una gran mayoría) somos conscientes de lo que significa una noche de sexo. Sin más.
Pero sí que es verdad que algunas de nosotras (y aquí me incluyo), pues somos educadas y nos gusta mantener el contacto.
Si eso del "boy toy" está muy bien. El consolador humano y esas cosas...
Pero ¿por qué hemos de olvidar algo importante?: Somos personas.
Mantener la relación tras una noche de sexo y pasión (no todas) no significa que ya esas dos personas se tengan que casar...
Nooooo...
Pero lo que sí está claro es que tampoco es cuestión de perder los modales.
Vamos, digo yo.

Ciao gente bella!!!

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domingo, 14 de octubre de 2012

LA BELLEZA ESTÁ EN LOS OJOS DE QUIEN LA MIRA

He de confesar que me encanta comprar revistas de moda. No es que siga las tendencias pero sí me gusta mantenerme informada.
Aunque esta entrada al blog no va de trapitos. No. Pero sí he de decir que el tema me surge a raíz de una de estas visitas al kiosko para decidir cuál de estas publicaciones me compraba primero (siempre acabo con dos o tres).
En esta supervisión de portadas estaba cuando mis ojos toparon con una de estas "revistas" que, para consolar al resto de las mortales, se dedican a sacar los trapos sucios de las famosas, sus celulitis, arrugas, ojeras y colgajos varios.
También he de decir que odio ese tipo de publicaciones. ¿Por qué para "consolar" a la mayoría de la población que no luce palmito en la alfombra roja se tienen que exponer los "defectos" de las famosas?
Bueno, pues el caso es que en una de las portadas, aparecía el antes y el después de una cantante: Christina Aguilera. Sin ir más lejos.

La verdad es que la susodicha ha cogido unos kilos de más. ¿Y qué? ¿Acaso se le ha estropeado la voz? Porque yo he escuchado y visto el videoclip de su última canción "Your body" y me ha encantado. Y me parece que la muchacha está guapísima y estupenda.
Pues en la revista, anunciaban su aumento de masa corporal casi como si hubiera cometido el peor de los delitos.
Por favor... Lo que daría más de una de las aceptadas socialmente por su delgadez por parecerse un poquito a esta mujer.
Porque para ser sexy, no hace falta ser puro pellejo y huesos. Para ser sexy hay que tener actitud y creérselo.
Y da igual calzarse una 38, una 44 o una 48.
Una persona puede ser delgada y sexy o tener curvas y ser increíblemente sexy también.
¿En qué sociedad hipócrita vivimos?
¿Cómo diablos van a crecer nuestros hijos? ¿Pensarán que si estamos delgados triunfamos y si estamos gordos no tenemos nada que hacer?
A mí me encanta esta mujer. Porque se ha mostrado al mundo firme, sin complejos. Dice que le encanta comer. Pues claro que sí. Y que siga comiendo. Solo espero que el peso de las críticas no la hagan sufrir una anorexia.
Así que olé por su actitud.
Quién quiera que la acepte y quién no, pues que mire hacia otro lado. Desde luego, su voz es inconfundible y no ha cambiado ni un ápice.
Y a mí, igual me gusta hasta más que antes. Se la ve segura y confiada. Y parece que los comentarios de la gente le importan tres pimientos.
Como debe ser.

Ojalá todo el mundo fuera así. Pero por desgracia, la mayoría somos más vulnerables.
Si la sociedad se concienciara de una vez por todas de que cada uno somos como somos y de que no debería haber un canon de belleza establecido...
Tendríamos menos problemas de anorexia y bulimia porque... ¿Qué es la belleza? ¿Alguien me la puede definir?
La belleza está en los ojos de quien la mira. Y hay tantos tipos de belleza como ojos que observan.
Solo hay que dejarse llevar y aprender a admirar la belleza que todos tenemos dentro y FUERA.

Así que queridos lectores... ¡Fuera complejos! Y llamamiento a los diseñadores... Por favor... Mujeres reales en las pasarelas...

Ciao gente bella.

martes, 11 de septiembre de 2012

CAZADOR CAZADO

Nada mejor para relajarse y escribir que una buena sesión de chill out de fondo. Y es que hoy me hace falta: eso... o acabo comiéndome el teclado, y teniendo en cuenta que escribo desde un mini portátil, supondría comerme la mitad del equipo.
Y adiós lady maña y sus andanzas.

Pero no voy a aburriros con tristes batallitas... Mas bien al contrario.
Hoy me gustaría hablaros de los cazadores cazados (y con esto, en parte, hago alusión a una entrada que escribí tiempo atrás ya sobre la fobia al compromiso).
Últimamente estoy conociendo directa o indirectamente a más de uno, de dos o de tres machos alfa que se dedican a cortejar a las hembras hasta que les dan caza y ñam. Se las zampan (aunque no siempre es el caso).
¿Y qué hay de malo? Os preguntaréis...
Absolutamente nada. Siempre y cuando, los dos estén en igualdad de condiciones.
Es decir, no me gusta nada que él o ella (porque en muchos casos -afortunadamente- la intrépida amazona es ella) den caza a alguien pero a base de artimañas y trucos sucios.
Porque todos somos adultos y nos lo pasamos muy bien. Unos mejor que otros, pero el problema es que las mujeres (por lo general) se involucran más que los hombres. Y lo que para ellos es una noche de desenfreno (habría que preguntar la opinión de ellas), para ellas es algo más.
Aunque SIEMPRE hay excepciones (afortunadamente!!) Y con estas excepciones me refiero a las mujeres que no se involucran.
Para nada. Que asumen el papel tradicional del hombre. Lo cual, en mi opinión, está genial.
Aprender a diferenciar sentimientos de pasión debería ser una asignatura obligatoria casi desde primaria.
Y así más de una, de dos, y de tres... se ahorrarían más de un quebradero de cabeza.
Uno de los peligros que tiene este tipo de relaciones es que el cazador (en este caso) puede mostrarse después receptivo o por el contrario, más cerrado que una caja fuerte.
Lo malo es que nunca reconocerá a la mujer en cuestión si su relación tiene futuro, se quedó en esa noche o ni eso.
¿Por qué le cuesta tanto a la gente ser sincera?
Con lo poco que cuesta decir:
Guapa, fue bonito mientras duró pero ya. Se acabó.
O:
-Buf, no repetimos ni de coña.
O:
- Me ha encantado. Eres la caña y quiero repetir contigo sí o sí. A ver esta opción creo que es la que menos veces se da porque al fin y al cabo, sería reconocer que el cazador pierde su libertad y de repente, se ve cazado.
¿Y es eso posible?
Cada vez menos.
En una sociedad en la que nos preocupamos más por nuestro ombligo y menos por el de los demás... Cada uno busca su propio placer sin importarle tres rábanos el de los demás.
¿Y pareja? ¿Quién quiere pareja estable hoy en día?
Lo dicho antes... Fobia al compromiso.
Personalmente, me da pena. Me da pena que no haya un par de huevos y la gente se atreva a decir las cosas a la cara.
Es más fácil decir: ya se verá.
Yo lo tengo claro.
Iré siempre con la verdad por delante. Guste o no.
Y espero que vosotros hagáis lo mismo...

Ciao!!


jueves, 9 de agosto de 2012

50 SOMBRAS

Como no podía ser de otra forma y teniendo en cuenta que está siendo el fenómeno editorial del verano,
no puedo dejar de escribir sobre la novela que está batiendo records, no solo en ventas sino en mujeres
adictas a una, llamemoslo así, nueva visión del sexo. Y esta novela no es otra que la trilogía (porque
son tres libros) "50 sombras de Grey".

Como cualquier otro best seller, lo compré con curiosidad pero sin gran entusiasmo, ya que la mayoría de
estos súper ventas deben la pasión con la que el público los acoge, a la maravillosa labor de los
técnicos de marketing que tan afanosamente se devanen los sesos para dar con la fórmula magistral y así
vender algo inútil como algo maravilloso.

Así que empecé la lectura, algo incrédula. Al principio, puse los ojos en blanco como nuestra querida protagonista Anastasia, con la salvedad de que yo no tengo a nadie que me dé cachetitos en el culo por realizar semejante "proeza".
Y mis ojos se pusieron de ese tono y algo ojipláticos porque, como bien digo, al principio, me recordaba un poquito a la saga Crepúsculo. Otro retoño del marketing.
Y me imaginé una historia de "amor" (entre comillas) entre una tía más bien sosaina y el típico guaperas, cachas y con dinero (pero no poco sino muchísimo... Vamos, con menos de 30 años, dueño de su propia empresa...En fin, un Bill Gates pero en guapo).
Y pensé... Horror. Dinero invertido en este libro y tirado a la basura.
Pero como soy de las que comienzan a leer un libro y da igual lo pésimo que sea, tengo que terminarlo porque ver el papelito entre las hojas y no llegar al final (o en mi caso, tenerlo marcado en el ebook reader), me pone de los nervios... Sí, una manía...¡Qué le voy a hacer!
Pues decidí continuar.
Y la verdad es que me alegro de haberlo hecho.
Cierto es que el libro en sí no es una maravilla... Ni brillante ni nada pero original sí que lo es. Y dice las cosas claritas, habla del sexo sin pudor. Y no de cualquier tipo de sexo sino de la relación entre Amo y sumisa, bondage, etc.
Vamos, que el tal Christian (protagonista) es un Marqués de Sade del siglo XXI (salvando diferencias), con su cuarto del "dolor-placer" incluido. Y como él dice: "Yo no hago el amor. Yo follo y duro".

La verdad es que cuando llegué a la parte "interesante", pues bueno, estaba en el tren de camino al trabajo y me puse algo colorada (he de reconocer) y no por la vergüenza (que ya estoy curada de espanto) sino por algún ardor que me subía con la lectura (es que yo tengo gran imaginación y me meto en el papel enseguida).
Así que, lógicamente, decidí posponer la lectura para horas más tranquilas y solitarias.

En fin, sigo pensando que la protagonista es algo paradita (para mi gusto), aunque conforme avanza el libro me recuerda cada vez menos a Bella Swan y ya va cogiendo algo más de personalidad. Veremos a ver cómo evoluciona en los otros dos libros (que aún no he leído).

El protagonista masculino sigue recordándome al famoso Edward, compañero vampiro de la muchacha citada antes, pero claro, mucho más activo sexualmente que el chupasangre y claro, más exquisito a la hora de sus gustos culinarios.

Conclusión: recomiendo la lectura a todos... Y digo bien. A las mujeres, porque... qué queréis que os diga... Se cogen ideas de lo más divertidas para poner en práctica con vuestras parejas y además, la lectura le alegra a una el día.
Y a los hombres... Pues porque estamos cansadas del misionero de toda la vida... Vamos a ver, no vamos a pedir un cuarto del placer-dolor pero algo más de vidita...Sí, gracias.

Así que alah, disfrutad todos de la lectura y coged ideas... y luego, claro... Ponedlas en práctica.

Ciao gente bella!!